lunes, 24 de diciembre de 2007

Ojalá que no sea nada ...

Desde hoy me faltas, no se si podré seguir adelante sin ti. Ayúdame. TR.

San Agustin - La muerte no es nada
La muerte no es nada. Yo sólo estoy al otro lado. Yo soy yo. Tú eres tú. Lo que nosotros éramos el uno para el otro lo somos siempre. Dame el nombre que siempre me has dado. Háblame como siempre lo has hecho. No hagas servir un tono diferente. No tomes un aire solemne o triste. Continua riendo de lo que nos hacía reír juntos. Reza, sonríe, piensa en mí, reza conmigo. Que mi nombre sea pronunciado en casa como siempre lo ha sido, sin ningún énfasis, sin sombra. La vida significa lo que siempre ha significado, es lo que siempre ha sido: el hilo no se ha roto. ¿Por qué tendría que estar fuera de tu pensamiento? ¿Sólo por qué estoy fuera de tus ojos? No estoy lejos, estoy exactamente al otro lado del camino. ¿Ves? Todo está bien. Volverás a encontrar mi corazón, volverás a encontrar en él las ternuras purificadas. Seca tus lágrimas y no llores si me amas.

No hay comentarios: